La era post-texto escolar-universitario. Analizando a OLDaily: We don’t need no educator : The role of the teacher in today’s online education
Desafíos! podemos cerrar los ojos pero todo esto pasa, está en línea, "online", y es presente, es "el" presente en muchos lugares.
A partir de este trabajo de Stephen Downes donde encontramos gran variedad de recursos ya disponibles en la web, tratamos de ver vinculaciones, afectaciones a los departamentos editoriales institucionales.
Nos pone a pensar de cómo los autores-docentes, ya no tendrían derechos de autor patrimoniales porque la selección o edición de sus contenidos las realizan los estudiantes-lectores, cuyos derechos al conocimiento finalmente pagarán por los contenidos.
El docente será una especie de promotor y validador de contenidos y sitios web, manteniendo los derechos morales sobre la creación (la real que exista) cuando incorpore sus aportes.
Tendremos entonces que cada curso que finaliza podrá producir un trabajo colectivo sobre lo aprendido, revisado y leído, con sus conclusiones.
El texto se produce al final del curso y será sometido a la comunidad.
Éste es el desafío y el valor a partir del cual se pueden ir pensando retribuciones a los departamentos vinculados a la edición y guarda institucionales. A partir de allí considerar la distribución interna y extra paredes académicas.
Acaso no es hacia donde apuntan Elsevier, Pearson, McGraw-Hill y otros grandes del mundo STM, al inclinarse cada vez más al control de contenidos, su circulación e incluso a niveles de sus accionistas o holdings a la propiedad de las misma universidades?
A partir de este trabajo de Stephen Downes donde encontramos gran variedad de recursos ya disponibles en la web, tratamos de ver vinculaciones, afectaciones a los departamentos editoriales institucionales.
Nos pone a pensar de cómo los autores-docentes, ya no tendrían derechos de autor patrimoniales porque la selección o edición de sus contenidos las realizan los estudiantes-lectores, cuyos derechos al conocimiento finalmente pagarán por los contenidos.
El docente será una especie de promotor y validador de contenidos y sitios web, manteniendo los derechos morales sobre la creación (la real que exista) cuando incorpore sus aportes.
Tendremos entonces que cada curso que finaliza podrá producir un trabajo colectivo sobre lo aprendido, revisado y leído, con sus conclusiones.
El texto se produce al final del curso y será sometido a la comunidad.
Éste es el desafío y el valor a partir del cual se pueden ir pensando retribuciones a los departamentos vinculados a la edición y guarda institucionales. A partir de allí considerar la distribución interna y extra paredes académicas.
Acaso no es hacia donde apuntan Elsevier, Pearson, McGraw-Hill y otros grandes del mundo STM, al inclinarse cada vez más al control de contenidos, su circulación e incluso a niveles de sus accionistas o holdings a la propiedad de las misma universidades?
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